jueves, 25 de octubre de 2018

Gulash checo



Esta semana os traigo un guiso de ternera, gulash. Es un plato que comimos cuando viajamos a Praga la pasada primavera y que desde entonces se ha convertido en uno de los favoritos de casa. No es un plato difícil de elaborar pero si lleva bastante tiempo. Lo bueno es que esta mejor de un día para otro y además, soporta bastante bien la congelación, así que podéis hacer mas cantidad y congeláis para otras ocasiones. En la República Checa lo suelen comer con un tipo de pan hervido, pero a mi particularmente no me gustaba demasiado y por eso no he buscado la receta para hacerlo como lo tomaban allí.

Ingredientes:

2 cebollas
pimentón dulce
harina
1 kg ternera para guisar 
2 cervezas tipo checo (total 1 litro)
mantequilla
aceite
sal

Elaboración:

Cortamos las cebollas en juliana y las ponemos en la olla con aceite de oliva y un poco de mantequilla, y las dejamos hacer hasta que estén bastante blanditas. Hay que ponerlas a fuego lento con un poco de sal y moverlas de vez en cuando para evitar que se quemen.


Una vez bien pochada la cebolla, añadimos una cucharada de pimentón dulce y una cucharada de harina y mareamos a fuego lento para que no se nos queme el pimentón.


Incorporamos la carne y sellamos bien. 



Añadimos las cervezas y dejamos que comience a hervir. Bajamos el fuego y dejamos hacer a fuego medio bajo de 2 y media a 3 horas, moviendo de vez en cuando. Si veis que se queda con poco liquido podemos añadir un poco de caldo.


Una vez que haya pasado ese tiempo, rectificamos de sal, y apartamos del fuego, dejando reposar de un día para otro para tomarlo.


La salsa se queda espesita y bastante trabada, y está muy bueno con puré de patatas, ya que vamos poniendo salsita en el puré y nos queda un plato de rechupete.


Espero que os haya gustado y os animéis a hacerlo, es muy fácil y esta de rechupete. Hasta la próxima.

lunes, 15 de octubre de 2018

Mousse de galletas maría


El sábado celebramos el santo de los Eduardos, y aunque nos faltaban la mitad, nos reunimos los que estábamos para celebrar una comida familiar. Y como siempre, el postre fue una receta nueva que poder subir al blog al lunes siguiente. Como vamos cumpliendo años y nos volvemos nostálgicos, rebusque en Internet para dar con una receta de mousse de galletas que nos gustara. Y di con una que en principio si que me gustó, pero a la que di mi toque alterando las cantidades. Es una mousse muy ligera, con mucho sabor a galletas maría de toda la vida, es decir, sabe a las galletas en leche de siempre, pero con una presentación y una textura mas novedosa.

Ingredientes:

150 g galletas maría molidas
300 ml leche
100 g leche condensada
500 ml nata para montar
2 hojas de gelatina (opcionales) 
cacao en polvo y mini galletas maría para decorar (opcionales)

Elaboración:

En primer lugar ponemos las galletas maría en una picadora y trituramos hasta reducirlas a polvo. Ponemos en un cazo los 300 ml de leche y calentamos sin que llegue a hervir. Una vez caliente, añadimos las galletas trituradas y cocemos, sin dejar de remover, durante un par de minutos. Apartamos y dejamos templar.
Añadimos los 100 ml de leche condensada y mezclamos bien.



Dejamos enfriar del todo esta mezcla. Y mientras enfría, procedemos a semi montar la nata, es decir, que esté firme pero sin demasiada consistencia. Una vez semi montada, si queremos añadir la gelatina, hidratamos las hojas en agua fría, las diluimos en un poco de leche caliente y las añadimos al preparado de galletas.
Ponemos el preparado de galletas en un bol grande e incorporamos la nata en tres veces, mezclando con una espátula hasta integrarla del todo.




Vertemos en los vasitos o copas de servir y ponemos al frío sobre unas 6-12 horas para que coja suficiente cuerpo.



Para adornar la mousse, espolvoreamos con cacao puro, con ayuda de un colador y adornamos con mini galletas maría.




Como podéis comprobar, es un postre muy sencillo de elaborar, que se puede hacer con antelación y dejar los adornos para el momento de servir en la mesa. Además, no es muy pesado y nos devuelve a nuestra mas tierna infancia, sobre todos a aquellos que ya vamos teniendo una edad. Espero que os haya gustado y hasta la próxima.

lunes, 8 de octubre de 2018

Fartóns


Hoy os traigo  una receta  mas veraniega que otoñal, ya que aquí aun estamos de playeo. Hoy ha empezado a refrescar, pero a mediodía aun teníamos unos 26ºC, que sin aire hace que la playa aun apetezca. Por ese motivo me he decidido a elaborar fartóns, unos dulces de origen levantino que se consumen acompañados de una buena horchata fresquita.
El fartón es un dulce típico del municipio valenciano de Alboraya (España) y consiste en un bollo alargado blando, dulce y absorbente que se moja en horchata, una bebida refrescante obtenida a partir de la chufa. Aunque en el levante se asocie a la horchata, al ser un bollo ligero y esponjoso, que se elabora con aceite de girasol y no con manteca, es muy apropiado para consumir con bebidas calientes como el chocolate a la taza o incluso con café con leche, siendo un dulce ideal para desayunos o meriendas.

Ingredientes:

250 g harina
50 ml agua o leche
50 g azúcar
25 g levadura fresca
1 huevo
50 ml aceite de girasol
pizca de sal
Azúcar glas

Elaboración:

La elaboración de estos fartóns es muy sencilla, ya que no necesitan prefermento y la fermentación es rápida. Lo que si hay que tener en cuenta es que se utiliza el doble de levadura que se usa de forma habitual, lo usual son 25 g de levadura fresca por 500 g de harina, y aquí, son 25 g de levadura por 250 g harina.
En primer lugar templamos la leche o el agua y diluimos la levadura. Ponemos en la amasadora la harina, la levadura diluida, el huevo y el azúcar y  amasamos bien.
Pasados unos 5-7 minutos, incorporamos el aceite y la pizca de sal y seguimos amasando hasta obtener una masa que se despegue de las paredes, aunque queda un poco pegajosa.
Pasamos la masa a una mesa enharinada y dejamos que doble su tamaño.
Una vez fermentada, cortamos en porciones de unos 50 g y boleamos ligeramente.
Con ayuda de un rodillo vamos estirando cada una de las porciones, de forma que se nos quede un rectángulo de masa bien fina pero que no se rompa. Para poder hacerlo con mayor facilidad, enharinamos la mesa.
A continuación, enrollamos la pieza estirada de la masa por el lado mayor haciendo una especie de rollo y los ponemos separados en una bandeja de hornear.
Dejamos fermentar un poco (esta vez no llega a doblar) y horneamos a 170ºC unos 10-12 minutos o hasta que estén ligeramente dorados.
Mientras se hornean, preparamos la glasa que los va a cubrir. Ponemos azúcar glas en un cuenco y añadimos un poco de agua, mezclando bien hasta obtener una gasa espesa.
Recién salidos del horno los pintamos generosamente con esta glasa y cuando estén fríos, volvemos a pintar con glasa y dejamos secar.



Como veis es un dulce muy sencillo de hacer y está muy rico. Para ser los primeros han tenido bastante éxito. Y aunque el verano se este yendo y el fresco empieza a abrirse paso, podemos tomarlos con chocolate caliente. Así que ya no hay excusas para no lanzarse a elaborar estos deliciosos fartóns. Hasta la próxima.

lunes, 1 de octubre de 2018

Melva en escabeche


Con el comienzo del mes de octubre y con el tiempo un poco mas fresco, empezamos con recetas mas elaboradas y que se pueden guardar varios días, como este escabeche de melva, que es tan versátil que podemos hacerlo tanto con cualquier pescado azul, tipo bonito o atún como con aves, perdices o pollo, siguiendo la misma receta. De esta manera, se puede considerar una receta múltiple, solo cambiando el ingrediente principal, ya tenemos un plato nuevo.
El escabeche es un método de conservación de alimentos en vinagre que ya aparece citado en el libro "Las mil y una noches". Consiste en la conservación de un alimento (pescado azul, verduras, aves o moluscos) en un medio ácido y aromatizado con diferentes especias y hierbas. Este que os traigo hoy es con melva, que es un pescado de la familia del atún, aunque mas pequeño, siendo su tamaño mas parecido al del bonito. Es un pescado azul rico en omega-3 y además aun estamos en temporada, con lo cual nos saldrá bastante económico.
Y ya después de esta introducción a los escabeches y a la melva, vamos con la receta.

Ingredientes:

1 melva en rodajas de 1 kg (aproximadamente)
1 cebolla
4 zanahorias
1 cabeza de ajos
150 ml aceite oliva virgen extra
150 ml de vinagre chardonnay ( o un vinagre bueno)
2 hojas de laurel
granos de pimienta
sal 

Elaboración:

En primer lugar ponemos la melva en agua con hielo al frío durante una hora o así para desangrar la melva.
Cortamos la cebolla en juliana, las zanahorias en rodajas y la cabeza de ajos por la mitad y rehogamos en un poco de aceite de oliva.


Una vez bien pochadas las verduras, sacamos a un plato y reservamos.


Ponemos la melva a dorar en una olla por ambos lados.


Una vez el pescado esté dorado, añadimos las verduras pochadas, el laurel, los granos de pimienta, el vinagre y el aceite y un poco de sal.
Dejamos que arranque a hervir y cocinamos unos 30-40 minutos a fuego medio bajo.
Una vez pasado ese tiempo, rectificamos de sal y dejamos reposar, al menos 24 horas antes de consumirlo. 
Los escabeches suelen consumirse fríos o templados. La melva tiene espinas, pero no es difícil de limpiar una vez que este cocinada. Podéis consumir este escabeche en unas tostas con pimientos de piquillo o con tomate rallado. 


Espero que os animéis a elaborar este plato. No es difícil y aguanta varios días en la nevera, así que se puede preparar con antelación y tomarlo mas adelante. Espero que os guste y hasta la próxima.