martes, 30 de junio de 2015

Bizcocho de zanahoria


Hoy traigo al blog un bizcocho muy fácil de hacer y muy apropiado para esta época del año, ya que lleva zanahoria y ya se sabe que la zanahoria es muy buena para tomar el sol, y de eso si que tenemos un rato. Aquí está haciendo mucho calor y aun no hemos pasado junio, esperemos que el verano sea un poco mas llevadero, ya que como siga así, me van a clausurar el horno.
Aparte de la receta, en este blog también quiero recomendaros las mermeladas caseras que elaboran mis amigos Antonio y Rafa en su pequeño obrador casa de avio Doña Paca. Anoche recibí mi primera caja con un surtido maravilloso, y ya os digo que no será la ultima. Ya las iré usando en mis recetas y os comentaré.
Y ahora vamos con la elaboración.

Ingredientes:

4 huevos
200 g azúcar
80 ml aceite girasol
200 g harina
4 g canela
1 sobre levadura royal
300 g zanahoria rallada y cruda




Elaboración:

En primer lugar ponemos los huevos con el azúcar y batimos a velocidad alta hasta que la mezcla esté esponjosa. 
Añadimos el aceite a hilo fino sin dejar de batir y continuamos batiendo hasta que la mezcla se asemeje a una mayonesa.
Añadimos la harina, la canela y la levadura y mezclamos bien.
Añadimos la zanahoria en crudo y rallada o picada con una picadora. Mezclamos bien con ayuda de unas varillas y preparamos el molde.


Esta vez lo he hecho en un molde rectangular de 20x25 cm, al que he cubierto el fondo con papel de hornear y he engrasado las paredes. Al hacerlo en un molde mas grande, el bizcocho sube menos y se queda mas plano, pero igual de bueno.


Precalentamos el horno a 170ºC. Ponemos el bizcocho en el horno durante 20 minutos a 170ºC y durante otros 20 a 150ºC. Una vez creamos que está cocido, pinchamos con una aguja y si sale limpia, sacamos del horno.

Esperamos a que esté templado para desmoldar y en frío, espolvoreamos con azúcar glas. Y ya está listo para comer. Y si os queda y no queréis que se estropee con el calor, lo podéis poner en la nevera, que fresquito también esta muy rico.



Hasta la próxima.

lunes, 22 de junio de 2015

Tarta de Carmen


Ya va terminando el curso y después de los exámenes, volvemos a la realidad. Tras un año intenso, y a punto de que los críos regresen a casa para pasar el verano, hoy os traigo una tarta San Marcos un tanto especial. No es San Marcos total ya que le falta la cobertura de crema de yema, pero el interior si que se puede denominar así. La cubrí de fondant para la prince Carmen, que ha cumplido 4 años y es mi primera tarta de pisos. Y quedó muy bien, aunque esté mal que yo lo diga. A la tarta le falta la princesa que la corona, que fue  Cenicienta.

Es una tarta muy sencilla de realizar ya que es un bizcocho de huevos, tipo bizcotela, rellena de nata y trufa. Los dos pisos son iguales y solo se diferencian en los colores del fondant que los cubre. Y ahora vamos con la elaboración.

Ingredientes (bizcochos para dos moldes de 25 y 18 cm de diámetro):

10 huevos
250 g azúcar
250 g harina





Elaboración:


Ponemos los huevos, a temperatura ambiente, junto con el azúcar y batimos hasta que se triplique la mezcla. Esto se consigue batiendo durante unos diez minutos a velocidad alta con las varillas de la batidora.

Añadimos la harina tamizada a la mezcla de huevos y mezclamos con ayuda de una espátula para no perder el aire de la mezcla.

Preparamos los moldes desmontables, engrasándolos y poniendo un papel vegetal en la base.


Ponemos 2/3 de la mezcla en el molde de 25cm y 1/3 restante en el de 18 cm. Horneamos a 180ºC unos 20 minutos y a 160ºC hasta que estén cocidos. Recordad de precalentar el horno antes de poner los bizcochos dentro.
Esta receta sirve tanto para bizcochos de tartas como para planchas de bizcocho. 
Una vez horneados y templados, los desmoldamos y dejamos enfriar por completo antes de proceder a rellenarlo.
Si le espolvoreáis azúcar glas por encima, nos queda una bizcotela la mar de rica.
Una vez fríos, vamos a preparar los rellenos y el almíbar para calar los bizcochos.
Hacemos un almíbar con 200 g de azúcar y 200 ml de agua. Lo ponemos junto en un cazo al fuego y cuando hierva, apartamos y reservamos.
Vamos a necesitar 1 l de nata para montar del 35% y 300g de chocolate de cobertura.
Preparamos una trufa con 400 ml de nata y 300 g de cobertura siguiendo los pasos de la receta el enlace y reservamos.
Montamos el resto de la nata bien firme, reservando también.
Cortamos los bizcochos en tres capas con ayuda de un cuchillo de sierra, procurando que nos quede lo mas uniforme posible.


Ponemos la primera capa de bizcocho y la calamos bien con el almíbar, rellenándola con la trufa, que también estará bien montada.



Ponemos la siguiente capa de bizcocho y la calamos. Seguidamente rellenamos de nata.



Tapamos con la última capa de bizcocho, volvemos a calar y cubrimos con nata para igualar la superficie. Reservamos sobre una tabla.


Con el bizcocho pequeño repetimos la misma operación y ponemos en la misma tabla y guardamos en frío hasta cubrir con el fondant.







Una vez bien frías las tartas, pasamos a cubrirlas de fondant. Como en casa no gusta mucho, las capas de fondant eran finitas, y esto es un engorro porque se rompe con facilidad, así que mi consejo es que la capa no sea muy fina y a quien no le guste, la puede apartar.




La verdad es que quedó preciosa y muy fina. Y después la muñeca arriba también quedo del gusto de la cumpleañera.
Hasta la próxima.

martes, 16 de junio de 2015

Tarta de Miguel


En la entrada de hoy os traigo una tarta de cumpleaños. Mi sobrino Miguel ha cumplido 12 años, se nos hace mayor, y como todos los años, la tarta se la he hecho yo. Este año ha sido una tarta tarta, el pasado prefirió un bizcocho. Y lo celebraron en la playa con una barbacoa.
La tarta ha sido de hojaldre, crema tostada y nata. cubierta por una capa muy fina de nata y revestida con fondant para intentar emular una cancha de basket. También iba a tener una canasta, pero el diseño industrial no es lo mio, y hubo problemas con el tablero.
Y ahora vamos con la elaboración. No os voy a poner ingredientes, sino los enlaces para la crema. Os diré el tamaño de mi tarta y vosotros hacéis los cálculos, si la queréis mas grande o no.

Elaboración:


Para una tarta de 20X25 cm, he utilizado tres planchas de hojaldre de Lidl, horneadas de la siguiente manera.

Ponemos el hojaldre, cortado a nuestra medida, en una bandeja de horno, lo pinchamos con un tenedor para que no suba, lo pintamos con clara de huevo y espolvoreamos generosamente con azúcar.
Horneamos a 200ºC hasta que esté bien dorado y dejamos enfriar.







A continuación, preparamos las bolas de bizcocho que luego nos servirán para hacer las pelotas de basket. He utilizado la receta de magdalenas con dos huevos. Como tengo un molde para bolitas, lo he utilizado pero podéis hacer el bizcocho normal y luego desmigarlo para hacer las bolas.




Una vez tengamos las bolas, dejamos enfriar y nos ponemos a preparar la crema pastelera con tres huevos. Una vez terminada, dejamos enfriar.
Y ahora, pasamos al montaje de la tarta.

Ponemos una plancha de hojaldre y la cubrimos generosamente con la crema pastelera. A mi me sobró un poco, que utilice para la siguiente capa mezclada con nata.


Espolvoreamos con azúcar, y con ayuda de un soplete, quemamos la superficie.


Cubrimos con la segunda plancha de hojaldre y presionamos un poco para dejarla plana.


Montamos la nata bien firme y cubrimos la tarta. 



Tapamos con la tercera plancha, procurando presionar bien, pero sin romper, para que nos quede bien plana y glaseamos con un poco de nata.



Guardamos en la nevera hasta el momento de cubrirla con fondant. En este punto, también podríamos congelarla.
Y ya nos disponemos a adornarla. Esta cancha puede convertirse en lo que deseéis, solo es cuestión de imaginación y maña. Pero, estaba muy rica, el contraste entre la crema tostada y la nata con el hojaldre. En otra ocasión, os enseñaré a preparar un postre individual con estos ingredientes.



Hasta la próxima.

lunes, 1 de junio de 2015

Bollos de patata y canela


Hoy traigo una receta de bollería sacada de El País Semanal de hace un par de meses. Tenía ganas de hacerla, pero lo he ido dejando entre galletas, rosquillas y demás. Pero el viernes estaba preparando una tarta para un cumpleaños y mientras se hacía, decidí prepararlos para el desayuno del fin de semana. La verdad es que están muy ricos, tanto solos como tostados con un poco de mantequilla y mermelada. 
Esta semana y la que viene tengo los cumples de Miguel y Carmen, así que las próximas entradas serán de las tartas y galletas que les haré. Ya tengo la cabeza inventando, para que se sorprendan al ver la tarta. Ya os contaré.
Y ahora vamos con la elaboración.

Ingredientes:

400 g harina
120 ml leche
1 huevo
125 g puré de patatas (puede ser de paquete)
100 g azúcar
7 g  levadura seca
4 g canela
75 g mantequilla


Elaboración:


Ponemos todos los ingredientes en la amasadora, excepto la mantequilla.
El puré de patatas puede ser natural o de copos, pero si es con patata cocida, pasarla por el pasapures para que quede mas fino.


Amasamos hasta obtener una masa un poco dura que no se pega a las manos. 
Añadimos la mantequilla en trocitos y volvemos a amasar hasta que se integre bien en la masa. Al principio, parece que no se incorpora, pero insistid en el amasado y vereis como obtenéis una masa mas ligera y muy fácil de trabajar.


Pasamos a la mesa, hacemos una bola y dejamos reposar unos 10 minutos.


Pasamos a un bol engrasado y dejamos fermentar hasta doblar. Para hacerlo mas rápido, podéis usar el horno a 50ºC o si como me sucedió a mi, vuestro lavaplatos acaba de terminar, usar ese calor para fermentar. La verdad es que dio resultado.

Pasamos de nuevo a mesa y cortamos en porciones de 70 g o así. Deben salir 12.


Preparamos la bandeja de los cupcakes, engrasando los huecos.


Hacemos bolas y las ponemos en los huecos.


Dejamos fermentar hasta que salgan un poco por encima de los huecos. Pintamos con huevo batido y precalentamos el horno a 180ºC.
Una vez caliente, introducimos la bandeja y horneamos unos 20-25 minutos, hasta que estén bien dorados.


Sacamos la bandeja y dejamos templar antes de desmoldar.
Desmoldamos ayudándonos de un cuchillo de punta redonda y dejamos enfriar sobre una rejilla.


Una vez fríos, espolvoreamos con azúcar glas y listos para merendar.






La verdad es que quedaron preciosos, y lo mejor, lo buenos que están. No excesivamente dulces ni con demasiada canela, una merienda diferente pero deliciosa.
Hasta la próxima.