lunes, 26 de septiembre de 2016

Cookies rellenas de crema de cacao


Hoy os traigo unas cookies rellenas de crema de cacao, o sea, de Nocilla o Nutella. A pesar de estar muy ricas, no quedaron como me hubiera gustado ya que el relleno no quedó muy líquido. Tengo que hacer mas pruebas, pero estas salieron muy ricas y además, si las calentamos unos 30 segundos en el microondas, el interior queda blandito y están de vicio.
Para esta receta que utilizado una receta de cookies que funciona muy bien, ya que no hace falta refrigerar la masa, sino que preparamos la masa, formamos las galletas y horneamos, con lo que ahorramos tiempo. Hay otras recetas en las que es conveniente refrigerar antes de hornear.
Con la llegada de septiembre volvemos a los retos, así que se irán alternando recetas dulces con saladas, de esta forma, este blog sera mas ameno y completo.
Y ahora vamos con la receta.

Ingredientes:

250 g mantequilla
250 g azúcar moreno
2 huevos
vainilla
450 g harina
200 g pepitas de chocolate
crema de cacao




Elaboración:

Ponemos la mantequilla a temperatura ambiente y mezclamos con el azúcar usando la pala de la amasadora.
Añadimos los huevos de uno en uno y mezclamos bien. Incorporamos la vainilla.
Tamizamos la harina y mezclamos en tres veces para que la masa quede mas homogénea.
Añadimos las pepitas de chocolate y mezclamos con ayuda de una espátula.


Ahora con ayuda de una cuchara tomamos una porción, aplastamos con la mano y ponemos en el centro una cucharadita de crema de cacao.
Tomamos otra pequeña porción de masa y cubrimos la crema de cacao.
Con ayuda de las manos cerramos la galleta para que no sobresalga la crema de cacao y ponemos en una bandeja de hornear cubierta de papel de hornear.




Precalentamos el horno a 175ºC y horneamos las galletas unos 18-20 minutos hasta que estén doradas por los filos. Quedan muy blanditas al salir del horno, así que hay que dejarlas enfriar antes de poner en una bandeja.


Tienen una pinta estupenda, pero son muy calóricas, así que hay que tener mucho cuidado, ya que una galleta implica un buen rato en el gym.



En las siguientes fotos se puede apreciar que el relleno no es muy cremoso, pero al calentarlas un poco, queda muy blandito y rico.



Espero que os haya gustado. Mis hijos dieron buena cuenta de ellas, así que son unas galletas triunfadoras. Espero que os gusten y las hagáis, ahora que el tiempo nos invita a estar en casa y encender el horno. Hasta la próxima.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Nem Xoai Chuoi (rollitos vietnamitas de mango y plátano)


Este domingo volvemos con una nueva entrega del reto Cocinas del Mundo, que en la vuelta de vacaciones nos propone viajar a Vietnam, país situado en el sudeste asiático, siendo el mas oriental de la península de Indochina.
Con una población estimada de 90 millones, es el decimotercer país más poblado del mundo y el octavo de Asia. El nombre del país se traduce como «Viet del sur», un sinónimo del antiguo nombre del reino de Nanyue, y fue adoptado oficialmente por primera vez en 1802 por el emperador Gia Long. En 1945 volvió a fijarse de manera oficial el topónimo con la fundación de la República Democrática de Vietnam presidida por Hồ Chí Minh. El país tiene frontera por el norte con China, con Laos por el noroeste y con Camboya por el suroeste, mientras que hacia el este tiene una extensa costa bañada por el mar de la China Meridional. Su capital es Hanói desde la reunificación de Vietnam del Norte y Vietnam del Sur en 1976.
En el siglo XIX la península Indochina fue colonizada por los franceses y tras un período de ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, los vietnamitas iniciaron la Guerra de Indochina contra Francia, que acabó con la derrota y expulsión de las tropas galas en 1954. Sin embargo, el país quedó dividido políticamente en dos estados rivales, el Norte y el Sur, que iniciaron un conflicto de creciente intensidad que acabó en la conocida como Guerra de Vietnam, en la que se enfrentaron el Norte y las guerrillas comunistas conocidas como Viet Cong, contra las tropas del Sur y las fuerzas armadas de los Estados Unidos. La guerra finalizó en 1975 con la victoria del Norte y al año siguiente el país se unificó bajo un régimen socialista.
En 1986 el gobierno inició la senda reformista, que puso a Vietnam en el camino de la integración con la economía global y hacia el año 2000 el país ya tenía relaciones diplomáticas con la mayor parte de naciones. Ya en el siglo XXI el crecimiento económico de Vietnam ha sido de los más altos del mundo, lo que dio lugar a su ingreso en la Organización Mundial del Comercio en 2007. A pesar de ello, en Vietnam se siguen experimentando grandes desigualdades de ingresos, disparidades en el acceso a la asistencia sanitaria y poca igualdad de géneros.
Centrándonos en su gastronomía, esta es conocida por el uso de la salsa de pescado, salsa de soja y la salsa hoisin (su olor proporciona un carácter único a la cocina). Las recetas de platos procedentes de Vietnam emplean muchos vegetales, hierbas y especias, algunas de ellas como la hierba limón, lima y las hojas de lima kaffir. 
La cocina vietnamita puede delimitarse en tres regiones; la cocina del norte que tiende a ser más simple en sus preparaciones en comparación con las cocinas de la parte central o del sur, y emplea grandes cantidades de características del stir-fries, empleando a veces la salsa de soja, mientras que las cocinas meridionales de Vietnam emplean más vegetales, pescado y otros mariscos. De todas las regiones la central es la más variada y posee sabores únicos, siendo de otra forma la más especiada, así como la más colorida. La cocina de la parte central del Vietnam ha sido influenciada por la colonización de diferentes culturas.
En esta receta que os traigo hoy son unos rollitos rellenos de frutas, en particular de plátano y mango. Están muy ricos y aunque haya que freírlos justo antes de servir para que estén crujientes, pero se pueden dejar preparados con antelación y freírlos en el último momento. Están muy ricos y además son muy fáciles de hacer. 

Ingredientes:

1 mango maduro
1 plátano maduro
12 hojas de papel de arroz

Elaboración:


En primer lugar pelamos la fruta y contamos en bastones como de 5 cm.
Preparamos el papel de arroz según nos indique el fabricante. Yo lo suelo comprar en Lidl y hay que dejarlo en remojo un par de minutos, y para cada rollito, se utilizan dos hojas.
Ponemos en papel absorbente las hojas y secamos bien.
Rellenamos con un poco de plátano y mango, disponiendo la fruta en el centro del papel.
Doblamos un extremo sobre la fruta y después, el extremo opuesto, apretando bien. Después enrollamos hasta formar el rollito, tal y como se ve en las fotos, y reservamos.
Una vez tengamos todos, ponemos una sartén con aceite de sabor suave y los freímos hasta que estén dorados.
Pasamos a papel absorbente y servimos espolvoreados con azúcar o con salsa de chocolate.






Espero que os haya gustado este viaje gastronómico a Vietnam. Ya estamos haciendo de nuevo las maletas para emprender nuevos viajes gastronómicos, con los que enriqueceremos nuestra cocina. Hasta la próxima.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Pan de yogurt y espelta


Con esta entrada retomamos los panes. Después de varias pruebas, y aun estando lejos del resultado que estoy buscando he encontrado una receta de un pan con harina de espelta que nos ha gustado mucho. Es una versión de una receta del libro "Atrévete con el pan" que compré en La Casa del Libro hace un par de años. Estaba escondido en el fondo de un cajón y haciendo limpieza ha aparecido, con un montón de recetas facilitas y muy resultonas, las cuales iré haciendo a lo largo del invierno.
Tenia ganas de probar la harina de espelta en una elaboración. Es un cereal muy de moda en la actualidad, pero que no deja de ser del mismo género del trigo (Triticu).
La espelta proviene de la escanda silvestre, que es un  híbrido natural entre Triticum boeoticum Boiss y, posiblemente, Agolpase speltoides Tausch, originarios de Oriente Próximo, donde restos de este cereal han sido encontrados en diferentes asentamientos arqueológicos. Se extendió por el Mediterráneo de forma rápida y en la Península Ibérica fue explotada desde los mismos inicios de la agricultura, hace unos cinco milenios.
La cosecha por hectárea es inferior a la del trigo y el procesamiento es más difícil, pero la espelta soporta un clima más rudo y es más resistente contra enfermedades. Aun así en el siglo XX disminuyó el cultivo, porque conlleva un bajo rendimiento. En el sur de Alemania se cosecha parte de la producción de espelta en forma cruda para luego tostarla. Se usa para la preparación de panes y diferentes bebidas alcohólicas.
En la actualidad, la espelta está generando mucho interés, entre otras razones, porque en algunas prácticas de la llamada medicina alternativa se ha propuesto su consumo para el tratamiento de distintos problemas de salud. Sin embargo, y a pesar de que en algunos foros, recomiendan este cereal como indicado para intolerantes al gluten, la espelta también contiene gluten, con lo cual no es apta para celíacos. Todas las variedades de trigo resultan tóxicas para las personas con trastornos relacionados con el gluten y no pueden ser consumidas por estos.
La espelta es rica en minerales como el sodio, magnesio, potasio, azufre, calcio o hierro. Es fuente de vitamina E, B1, B2 y B3, conteniendo además los 8 aminoácidos esenciales. Además, contiene Omega 3 y 6, muy adecuados para cuidar nuestro sistema cardiovascular. 
Hoy en día es fácil encontrar la espelta en grandes supermercados, aunque su precio es como unas 4-5 veces el precio de la harina. 
A la hora de comprarlo y para evitar fraudes, mirad atentamente su composición, ya que a veces viene mezclada con harina de trigo común.
Y ahora vamos con la elaboración. 

Ingredientes:

90 ml leche
1 huevo
120 g yogur griego
350 g harina de espelta (se puede hacer con harina de trigo común)
15 g levadura fresca
25 g azúcar
25 g mantequilla
6 g sal



Elaboración:

Ponemos todos los ingredientes (a temperatura ambiente) en el bol de la amasadora utilizando el gancho de amasar.


Amasamos hasta que la masa se despegue de las paredes del bol y pasamos a mesa enharinada para hacer una bola.


Mientras reposa unos 20 minutos (menos tiempo si hace mucho calor en nuestra cocina) preparamos un molde rectangular, engrasando las paredes y forrado de papel de hornear, para que nos sea mas fácil desmoldarlo una vez cocido.


Ponemos la masa en el molde, procurando que cubra todo el fondo.


Dejamos fermentar hasta que sobresalga del molde.


Calentamos el horno a 180ºC y con ayuda de unas tijeras hacemos unos cortes en forma de pico en la superficie. Si creéis que no os va a salir bien, lo dejáis tal cual. Podéis pintar con huevo batido o dejar tal cual.


Horneáis unos 20 minutos, controlando la temperatura para evitar que se nos queme y una vez dorado, sacamos del horno y dejamos templar antes de desmoldar.


La verdad es que queda muy bonito y además, esta muy bueno. Tiene un aroma un poco ácido y para desayunar con un buen aceite de oliva, es una delicia.



Se puede rebanar congelar, de esa manera solo hay que tomar una rebanada del congelador y descongelar a la vez que se tuesta para desayunar. Así, se puede hacer un pan grande, aunque seamos pocos para comer en casa.
Espero que os haya gustado y os atreváis a hacerlo. Ahora que aún hace calor, la fermentación es muy rápida y este tipo de panes se hace en un santiamén. Hasta la próxima.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Tarta clásica de manzana


Volvemos a la carga, con las pilas recargadas y con ganas de cocinar y muchas recetas en el tintero, realizadas durante el mes de agosto, que iré subiendo de poco en poco.
Estas vacaciones hemos descansado y disfrutado de los niños, pero con la llegada de septiembre ya empiezan a volar cada uno a su lugar de residencia durante el invierno, con lo que poco a poco iré retomando el blog.
Hoy os traigo una tarta clásica de manzana que hicimos para despedir a Eduardo que este año comienza una nueva etapa como jugador de voley en Vigo, ciudad que no conocemos, con lo cual, este año tocan viajes a la otra punta de España.
Esta tarta lleva una base de pasta quebrada dulce, (pincha aquí para receta), con interior de crema pastelera, (pincha aquí para receta) y manzanas de temporada. No he usado manzanas golden, que son las típicas para estos dulces, porque a finales de verano comienzan las manzanitas de los pueblos que son muy dulces y están muy ricas en estas tartas, pero podéis usar cualquier tipo de manzanas excepto las muy ácidas.

Ingredientes:

125 g mantequilla
125 g azúcar
1 huevo
315 g 
1 huevo
20 g maicena
40 g azúcar
250 ml leche
4 manzanas

Elaboración:

Preparamos la pasta para la base de la tarta y la estiramos sobre un molde redondo, pinchamos la base con un tenedor y adornamos el filo con la ayuda de una cucharita de café.


Horneamos en blanco a 170ºC durante 10-15 minutos, con cuidado de no quemar los filos. Sacamos del horno y dejamos enfriar mientras preparamos la crema pastelera.


Preparamos la crema pastelera según receta y dejamos templar antes de rellenar la tarta.


Una vez templada la crema, rellenamos la tarta y alisamos con ayuda de una espátula.


Cortamos las manzanas en gajos no muy finos y disponemos de forma bonita sobre la crema. Después o espolvoreamos con azúcar o pintamos con mermelada de albaricoque. Como estas manzanas son muy dulces, yo espolvoreé con un poco de azúcar.
Horneamos de nuevo a 160ºC hasta que las manzanas estén doradas. Y ya está lista para tomar, sola o con un poco de helado de vainilla.
No me dio tiempo de hacer la foto de la tarta completa, Eduardo se tomo casi toda antes de darnos cuenta, así que os pongo la foto de lo que quedó.


Y de una esquina, tomada mas de cerca.



Bueno y hasta aquí la primera entrada del mes de septiembre y la que marca la vuelta de las vacaciones. Una receta sencilla, fácil de hacer y muy clásica, pero no por ello menos apetecible.  Una receta no muy complicada para la vuelta de septiembre. Hasta la próxima.