lunes, 27 de marzo de 2017

Plum Cake


Hoy traigo un pastel muy tradicional, pero que curiosamente he preparado en pocas ocasiones y este fin de semana me decidí a hacerlo y para encontrar una receta no estuve investigando por Internet, sino que busqué en un libro de cocina que me dio mi madre, fue su primer libro de cocina, editado en 1967 y que contiene unas recetas que son una delicia leer. Y allí que me fui a buscar, y por supuesto, encontré la receta del plum cake y casi 300 mas, consejos para ser una anfitriona de lujo, para alimentar bebes, etc. Vamos una joya que de vez en cuando me gusta ojear, ya que sus recetas son estupendas. Este libro y las 1080 recetas de Simone Ortega, ambos heredados, fueron mi ayuda en mis primeros pasos en la cocina y aun hoy en día, sigo muchas de sus recetas. Las paginas están amarillas, los cantos casi sueltos, pero yo les tengo un cariño especial.

Resultado de imagen de la cocina de hoy rosario cifuentes

Y ahora vamos  a la elaboración.

Ingredientes:

3 huevos
110 g mantequilla en trozos y fría
125 g harina 
125 g harina espelta (se puede hacer usando toda de trigo)
10 g impulsor
125 g azúcar moreno
1 naranja
75 g pasas sultanas
75 g cerezas deshidratadas
75g ciruelas pasas sin hueso
50 ml coñac

Elaboración:

En primer lugar ponemos las pasas, las cerezas y las ciruelas (cortadas en cuartos) en un bol con coñac y dejamos macerar unas 2 horas o así.
Ponemos los huevos en la batidora con el azúcar y la ralladura de naranja y montamos como para un bizcocho normal.
Una vez bien montados los huevos, añadimos la mantequilla en trocitos y que esté un poco fría. Y batimos bien con las varilla hasta que se integre del todo. En principio parece que se corta y la mantequilla queda como a trocitos, pero se sigue batiendo y finalmente veremos como se integra del todo.
Añadimos la mezcla de harinas y el impulsor y seguimos batiendo, quedando finalmente una masa muy espesa.


Escurrimos la fruta y la añadimos a la masa, integrándola en el plum cake con ayuda de una espátula.



Preparamos un molde rectangular forrando el fondo con papel vegetal y engrasando las paredes.


Mi molde era mas ancho de lo que suelen ser este tipo de moldes, pero el otro que tengo es mas largo y no quería hacer un plum cake muy grande, ya que aun estamos solos y tardamos mucho en comerlo.
Precalntamos el horno a 170ºC y ponemos el plum cake unos 45 minutos o hasta que esté bien horneado, siempre teniendo en cuenta, que si se empieza a dorar en exceso, debemos bajar la temperatura del horno.
Una vez bien cocido, lo sacamos del horno y dejamos templar antes de desmoldar. Templado, desmoldamos y ponemos en una fuente para servir.





Este es un bizcocho mas duro, no demasiado esponjoso pero que se puede conservar varios días guardado en una caja, ya que no se pone duro y está muy rico para merendar. Así que a la espera de las recetas de Semana Santa, cuya elaboración empezaremos la semana que viene, este plum cake es una dulce idea para las meriendas. Hasta la próxima.

lunes, 20 de marzo de 2017

Pastel turco


Ayer se celebró el día del padre y en casa preparamos un delicioso pastel turco de yogur, receta de Gordon Ramsay y muy sencillo de hacer. Solo hay que tener la precaución de repararlo con antelación ya que debe enfriarse en el horno. Pero en unas tres horas, podéis estar degustando este estupendo pastel, que además va calado con almíbar de limón y no es muy dulce, con lo que para este tiempo primveral donde ya empezamos a cuidarnos es muy apropiado.
Esta receta lleva pocos ingredientes y en su elaboración se parece mucho al pastel japonés de queso, tanto en la elaboración como en el sabor. Aunque este pastel turco, al llevar almíbar de limón tiene un sabor mas ácido. Pero ambos son igual de ricos.
Y ahora vamos con la elaboración.

Ingredientes:
4 huevos
100 g azúcar morena
45 g harina
7 g impulsor químico
400 g yogur griego sin azúcar
Ralladura y zumo de un limón





Elaboración:

Separamos yemas de claras y reservamos estas últimas.
En un bol montamos las yemas con el azúcar. Incorporamos la ralladura de limón, el zumo y el yogur, mezclando bien con ayuda de una batidora con varillas.
Incorporamos la harina junto al impulsor, tamizados en forma de lluvia sobre la mezcla de yemas, y mezclamos bien.


Reservamos la mezcla de yemas y procedemos a montar las claras a punto de nieve firme.


Una vez montadas vamos a verter la mezcla de yemas sobre las claras en tres veces para que no se bajen en exceso. Mezclamos con ayuda de una lengua de silicona.


Precalentamos el horno a 160ºC y preparamos un molde de 18 cm de diámetro, forrando las paredes y el fondo con papel vegetal.


Vertemos la batida en el molde y damos unos golpes ligeros para alisar la superficie.


Ponemos a hornear, de 45 minutos a una hora. El tiempo depende del molde, a mayor altura, mayor tiempo de horneado. De todas formas, un vez pasados los 45 minutos, podemos pinchar para comprobar si esta bien cocido. Sube mucho mientras está en el horno, pero a lenfriarse, se baja. Es lo normal, así que no os preocupeis.


Una vez bien cocido, apagamos el horno y con la puerta entreabierta, dejamos que se enfríe del todo en el horno antes de desmoldar.


Mientras se enfría, preparamos el almíbar de limón con 60 g de azúcar, la misma cantidad de agua y el zumo y la ralladura de un limón, y dejamos cocer hasta obtener un almíbar espeso. Hay que tener mucho cuidado, ya que es muy poca cantidad de gua y se os puede quemar. Es preferible hacerlo a fuego lento y no dejar de vigilar.

Pasamos a un fuente de servir y vertemos el almíbar sobre el pastel, dejando que se empape bien.





Como se ve en las  fotos, el almíbar va calando el pastel, que queda con textura como de flan. También se puede tomar sin el almíbar, simplemente espolvoreando con azúcar glas, aunque en casa tenemos limones ecológicos de unos amigos y hay que aprovechar para hacer este tipo de cosas. Espero que os haya gustado y que lo hagáis, es muy sencillo y esta muy rico. Hasta la próxima.

lunes, 13 de marzo de 2017

Muffins de quinoa


Hoy os traigo una receta que seguro os va a encantar, unos muffins, que no dejan de ser unas magdalenas, mas grandes y con tropezones. Estas en particular, llevan quinoa, que es una semilla muy de moda actualmente, arándanos y zanahoria. Y el resultado es muy especial, ya que son unos pastelitos, no muy dulces, con una textura húmeda que lo hace muy jugosos, y especialmente ricos para los desayunos tardíos del fin de semana; acompañados de algo salado, fruta y un buen café, son un reconstituyente ideal para cuando se sale el sabado noche y el domingo se amanece con resaca.
Y ahora os voy  poner en antecedentes de lo que es la quinoa y de como ha pasado a formar parte de nuestra alimentación. La quinoa es una semilla, pero con características únicas ya que se consume como un cereal o legumbre. Su valor calórico se encuentra en forma de  hidratos complejos, pero también aporta casi 16 gramos de proteínas por cada 100 gramos y 6 gramos de grasas en igual cantidad de alimento, destacándose la presencia de ácidos omega 6 y omega 3. También se destaca su alto aporte de fibra, siendo en su mayoría fibra de tipo insoluble como poseen las semillas.
Si nos referimos a los micronutrientes, en la quinoa destaca el contenido de potasio, magnesio, calcio, fósforo, hierro y zinc entre los minerales, y vitaminas del complejo B en cantidades apreciables y vitamina E con función antioxidante.
El modo de empleo de la quinoa es muy sencillo, se hace un lavado previo de las semillas, frotando las mismas suavemente con las manos, bajo el agua, y en un colador de grano fino, ya que al ser semillas pequeñas, podemos desperdiciar parte de ellas. Posteriormente hervimos como si fuera arroz, por espacio de 15 a 20 minutos o hasta que se abra la semilla, colamos y listo para usar en ensaladas, como parte de un postre  o como nuestra imaginación nos dicte. También se pueden añadir a las paellas junto al arroz o a los guisos de legumbres.
Y ahora, vamos a nuestra elaboración.

Ingredientes:
190 g harina
75 g azúcar moreno
9 g impulsor
250 g quinoa cruda
2 zanahorias ralladas
75 g arándanos
1/2 cucharada de semillas de lino
1 huevo
150 g yogur blanco
5 g bicarbonato sódico

Elaboración:

En primer lugar cocemos la quinoa tal y como nos indique el fabricante. Colamos y reservamos.
Mezclamos todos los ingredientes sólidos, harina, azúcar, impulsor, quinoa, zanahoria, arándanos y semillas de lino.




 Mezclamos bien y añadimos el huevo, el yogur y el bicarbonato.



Una vez bien mezclados los ingredientes, ponemos en cápsulas de papel o como en mi caso, en moldes reutilizables de silicona. Llenamos hasta 2/3 de la capacidad y ponemos un poco de azúcar por encima.



Calentamos el horno a 180ºC y horneamos unos 20-30 minutos, bajando la temperatura del horno transcurridos unos 15 minutos para que no se doren mucho por encima. Tardan en hacerse ya que es una masa muy húmeda.





Bueno y aquí tenéis las fotos del resultado y del interior de estos muffins. Son diferentes tanto en sabor como en textura, y yo os recomiendo que los probéis, ya que están muy ricos y son un acompañamiento muy apropiado tanto para un desayuno tardío como para una merienda cena, donde se puede integrar tanto lo dulce como lo salado. Hasta la próxima.

domingo, 5 de marzo de 2017

Lubina al pastor-Versionando a Enrique Olvera


Nos encontramos de nuevo ante una edición mas de  Cooking the Chef,  y tras la resaca del segundo aniversario, versionando al maestro Ferran Adrià, este mes tocaba chef internacional y la propuesta ha sido muy interesante, por lo menos en mi caso, que no conocía a este chef mejicano, Enrique Olvera. Al no ser muy conocido, en mi caso he tenido que echar mano de una intensa investigación hasta dar con una receta que se ajustara tanto a mis conocimientos culinarios como a los gustos de mi familia, y creo haber salido airosa, versionando la receta de Robalito al pastor, que saqué de un programa de Canal Cocina y que podéis  ver pinchando aquí. Yo he utilizado un pescado diferente, lubina y al no encontrar todos los ingredientes, me he basado en su receta pero con mi toque particular.

Ingredientes:

2 lubinas 
4 dientes de ajo
aceite oliva virgen
pimentón picante
media piña
mantequilla
chile jalapeño
cebolla
cilantro
sal

Elaboración:

En primer lugar, vamos a pedir a nuestro pescadero que nos prepare la lubina en dos lomos, sin espinas ni cabeza y ya en casa, con ayuda de unas pinzas, intentamos eliminar las espinas mas pequeñas, para quedarnos con los lomos completamente limpios.


Preparamos la marinada del pescado, poniendo aceite en una sartén con los ajos troceados y una vez dorados, añadimos fuera del fuego el pimentón y lo mareamos bien. Pasamos al vaso de la batidora y trituramos. Añadimos esta mezcla sobre los filetes limpios, tapamos con papel film y llevamos a la nevera sobre unas dos horas.


Mientras se marina el pescado, empezamos a preparar la salsa de piña. De la media piña, separamos una porción rectangular, y el resto lo troceamos. Lo pasamos a una sartén con mantequilla y un poco de sal y cocinamos a fuego lentos unos 20 minutos o hasta que la piña este tierna.
Pasamos al vaso de la batidora y trituramos bien. Pasamos por un chino o un colador bien fino, y reservamos el puré resultante.


Ahora vamos a preparar el pastor, que es una especie de ensalada picantita que da un contraste bastante rico con este plato. Picamos bien la cebolla, el cilantro y el chile jalapeño, mezclamos en un bol y salamos ligeramente. Reservamos en la nevera hasta el momento de montar el plato.

Precalentamos el horno a 170ºC y horneamos el pescado unos 15 minutos. Transcurrido ese tiempo, apagamos el horno y dejmos el pescado dentro otros 10-15 minutos. De esta manera, conseguimos que el pescado se quede jugoso, que al ser muy fino, si se pasa, puede quedarse muy seco y ya no está tan rico.

Mientras se hornea la lubina, con el taco de piña reservado anteriormente, vamos a hacer un a lámina crujiente, con ayuda de un soplete. Como mi soplete no tenia gas, yo la hice, en una sartén. Ponemos la piña y la marcamos bien, cortamos una lámina muy fina y marcamos por la otra cara. Y ya, vamos a montar el plato.

En mi caso utilicé un plato de pizarra, disponiendo una cucharada de puré de piña, sobre ella la lamina crujiente de piña y junto a ella, el lomo de lubina recién horneado. Junto al lomo, se dispone la cantidad que se desee de pastor, ya que al ser picante, no a todos los comensales les apetece tanto este sabor.




Solo tengo que deciros, que a pesar de nuestras reticencias ante esta mezcla de sabores, que pensamos no nos iba a gustar, no solo nos ha gustado, sino que nos ha encantado la mezcla, la frescura del pastor mezclada con la suavidad del puré de piña y el sabor del pescado da lugar a una explosión de sabores en boca y a un plato muy apetecible visualmente hablando. Con ganas de repetir ya que nos supo a apoco. Nos vemos en marzo con el siguiente chef. Hasta la próxima.