Volvemos a la carga, con las pilas recargadas y con ganas de cocinar y muchas recetas en el tintero, realizadas durante el mes de agosto, que iré subiendo de poco en poco.
Estas vacaciones hemos descansado y disfrutado de los niños, pero con la llegada de septiembre ya empiezan a volar cada uno a su lugar de residencia durante el invierno, con lo que poco a poco iré retomando el blog.
Hoy os traigo una tarta clásica de manzana que hicimos para despedir a Eduardo que este año comienza una nueva etapa como jugador de voley en Vigo, ciudad que no conocemos, con lo cual, este año tocan viajes a la otra punta de España.
Esta tarta lleva una base de pasta quebrada dulce, (pincha aquí para receta), con interior de crema pastelera, (pincha aquí para receta) y manzanas de temporada. No he usado manzanas golden, que son las típicas para estos dulces, porque a finales de verano comienzan las manzanitas de los pueblos que son muy dulces y están muy ricas en estas tartas, pero podéis usar cualquier tipo de manzanas excepto las muy ácidas.
Ingredientes:
125 g mantequilla
125 g azúcar
1 huevo
315 g
1 huevo
20 g maicena
40 g azúcar
250 ml leche
4 manzanas
Elaboración:
Preparamos la pasta para la base de la tarta y la estiramos sobre un molde redondo, pinchamos la base con un tenedor y adornamos el filo con la ayuda de una cucharita de café.
Horneamos en blanco a 170ºC durante 10-15 minutos, con cuidado de no quemar los filos. Sacamos del horno y dejamos enfriar mientras preparamos la crema pastelera.
Preparamos la crema pastelera según receta y dejamos templar antes de rellenar la tarta.
Una vez templada la crema, rellenamos la tarta y alisamos con ayuda de una espátula.
Cortamos las manzanas en gajos no muy finos y disponemos de forma bonita sobre la crema. Después o espolvoreamos con azúcar o pintamos con mermelada de albaricoque. Como estas manzanas son muy dulces, yo espolvoreé con un poco de azúcar.
Horneamos de nuevo a 160ºC hasta que las manzanas estén doradas. Y ya está lista para tomar, sola o con un poco de helado de vainilla.
No me dio tiempo de hacer la foto de la tarta completa, Eduardo se tomo casi toda antes de darnos cuenta, así que os pongo la foto de lo que quedó.
Y de una esquina, tomada mas de cerca.
Bueno y hasta aquí la primera entrada del mes de septiembre y la que marca la vuelta de las vacaciones. Una receta sencilla, fácil de hacer y muy clásica, pero no por ello menos apetecible. Una receta no muy complicada para la vuelta de septiembre. Hasta la próxima.
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