Hoy he vuelto a los panes, en este caso un pan con
semillas de alcaravea y centeno, que nos sirve tanto para desayunar como para
tomar con los almuerzos y cenas. Es un pan esponjoso y aromático, gracias a las
semillas que lleva en la masa. Además, es rico en fibra ya que está elaborado
con harina de centeno y espelta.
La alcaravea o comino de prado es una planta herbácea
de la familia de las Umbelíferas, al igual que el comino o el hinojo. Por sus propiedades
estomacales y analgésicas, se pueden utilizar tanto sus hojas en infusión, sus raíces
en decocción y sus semillas. En esta receta he utilizado sus semillas que
contienen aceites aromáticos como limoneno, carveol y carvona. Estas semillas
son muy parecidas a las de comino, pero son curvadas y tienen un ligero sabor
picante y anisado. Son muy utilizadas en el norte de Europa para aromatizar
quesos como el Havarti danés o el Milkebäse alemán, siendo también uno de los ingredientes
de la mezcla de especias ras-el-hanout, utilizada en el mundo árabe para dar
sabor a carnes y guisos como el tajin. Es en nordeste de España se utiliza para
la elaboración de un determinado anís
llamado anissos del comí, donde se utilizan estas semillas con una ligera capa
de azúcar.
Y después de un poco de cultura para conocer mejor
las propiedades de estas semillas, que seguro os pasa como mí, no las había utilizado
antes, pasamos a la elaboración, que es muy sencilla. Como aún no está haciendo
frio, se prepara en muy poco tiempo, ya que con las temperaturas que aún
tenemos, la fermentación suele ir rápido.
Ingredientes:
120 g de harina de espelta
90 g harina d centeno
10 g levadura de panadero fresca
5 g de miel
350 g agua
350g g de harina de espelta
2 cucharadas de semillas de alcaravea (si no las encontráis,
podéis usar comino)
10 g de sal
Elaboración:
Poner los
ingredientes desde los 120 g de harina de espelta hasta los 350 g de agua en el
bol de la amasadora y mezclar bien.
Poner encima
de esta mezcla el resto de ingredientes sin mezclar y dejar fermentar hasta que
salgan burbujas desde la parte inferior del bol.
Amasar con
ayuda del gancho hasta que tengamos una masa elástica y homogénea que se pueda
trabajar con las manos.
Pasar a la
mesa enharinada y hacer una bola, dejando reposar unos 10 minutos hasta que la
masa se relaje un poco.
Poner en un
bol engrasado y dejar fermentar hasta que doble su tamaño.
Pasar de nuevo
a mesa y desgasificar, formando la pieza que queramos hornear. Yo lo he hecho
en forma de barra, pero para la próxima vez, lo voy a poner en un molde rectangular y así conseguiré un tipo
de pan de molde.
Dejar
fermentar de nuevo hasta doblar su tamaño, espolvorear con agua y poner en el
horno 210ºC unos 10 minutos. Después, bajad
la temperatura del horno a180ºC y seguir horneando hasta que esté cocido, unos
40-50 minutos. Para saber que un pan está bien cocido, se toca la base y debe
sonar a hueco.
Es un pan muy aromático
y está muy bueno en unas tostadas para
desayunar. Quizás las semillas, si no estáis acostumbrados, son un poco fuertes
de sabor, pero esto lo hace un pan un poco más especial.
Espero que os
guste y hasta la próxima.
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