Volvemos un mes mas al reto Cocinas del Mundo, que este mes nos ha preparado un viaje a Estados Unidos de América.
La gastronomía de los Estados Unidos corresponde a una mezcla muy variada y algo interpretada de otras gastronomías, debido a que es un país creado fundamentalmente de inmigrantes procedentes de diferentes países de Europa, Asia, África, y otros países. Podría denominarse como autóctona la gastronomía de los indígenas de Norteamérica y el resto es una fusión de diferentes culturas gastronómicas llevadas a diferentes extremos, la llamada comida basura o fast food llena de su atractivo marketing, la comida tradicional que está fundamentada en las tradiciones ganaderas de antaño, tanto de ganado vacuno como ovino y caprino. Dentro de las comidas con orígenes internacionales cabe destacar la China, la de sus vecinos de mejicanos y la italiana.
La popular hamburguesa es un claro ejemplo de plato identificado con Estados Unidos pero que posee un origen en la cocina europea.
En la realidad, la cocina tradicional de Estados Unido es muy difícil de definir. Pudiera proceder de las experiencias culinarias de los nativos, existentes antes de la colonización de las tierras, ya que son muy utilizados ingredientes como el pavo, tradicionalmente en el Día de Acción de Gracias, el maíz, las habas, el girasol, las patatas, los pimientos y diversas formas de pepinos eran típicos en la dieta culinaria de los indios nativos. También, usan técnicas de cocina e ingredientes culinarios de los inmigrantes al país. Aun así no está bien establecido que tipo de comida debe ser considerada estadounidense y cual no.
Los ingredientes procedentes de los indios nativos norteamericanos se fueron integrando en otras costumbres culinarias y mezclando con ingredientes procedentes de los grupos de inmigrantes que llegaron masivamente y que procedían de Europa, Asia, África, etc. Por esta razón muchos platos tradicionales estadounidenses poseen una raíz originaria en las gastronomías de otros países. Algunos de estos como la tarta de manzana, la pizza o las hamburguesas tienen un origen común en platos de las cocinas Europeas. Otro ejemplo puede ser la cocina tex-mex que se funde con la cocina mexicana y española dando lugar a chili con carne y a variantes como los tacos en tortilla dura o tostadas.
Sin embargo, a pesar de esta gastronomía tan rica y variada, los norteamericanos sufren de la epidemia de la obesidad, con los problemas de salud que esta conlleva. En las grandes ciudades costeras suele primar lo orgánico, el comer con moderación y el ejercicio por encima de un estilo de vida que siempre ha caracterizado a la primera potencia mundial, el de los grandes atracones y la comida rápida y procesada. Pero en la América profunda, esa tendencia aún no ha logrado imponerse, encontrándonos que dos tercios de las mujeres estadounidenses tienen problemas de sobrepeso y obesidad frente al 75% de los varones. Más preocupante todavía es el hecho de que los obesos son mayoría frente a aquellos con sobrepeso.
Los afroamericanos, con un nivel de renta y estudios mas bajo, son más dados a la comida rápida que otros grupos de población, seguidos muy de cerca por los latinos. Estas altas tasas de obesidad dan lugar a un altísimo riesgo de diabetes y a los problemas coronarios existentes entre la población estadounidenses. Y todos estos datos, que no dejan de aumentar, a pesar de las campañas puestas en marcha por diferentes dirigentes políticos para combatir este fenómeno, prohibiendo la venta de gaseosas de gran tamaño en restaurantes, cines y estadios, y otras estrategias menos publicitadas por los medios. Es un mal endémico que parece no corregirse en un país acostumbrado a los excesos.
Y después de toda esta historia, cuando casi parece que no nos quedan ganas de preparar comida norteamericana, hay que romper una lanza en favor de esta gastronomía, ya que todo con moderación y en su justa medida, no tiene porque ser dañino.
Yo para este reto os he preparado un Cornbread, o un falso pan de maíz. Y es falso, ya que no se elabora con levadura fresca sino con impulsor, con lo que obtenemos una especie de entre bizcocho salado y pan, que esta muy rico para tostadas o para acompañar un plato de pasta. Es algo diferente, pero delicioso y fácil de hacer.
Ingredientes:
180 g harina de trigo
160 g polenta
10 g impulsor
4 g sal
50 g azúcar moreno
240 ml de leche cortada o buttermilk
2 huevos
80 ml aceite oliva suave
Elaboración:
En primer lugar cortamos la leche con unas gotas de limón si no podemos obtener el buttermilk. Yo lo suelo comprar en Aldi, pero no pude ir y la leche cortada hace el mismo efecto.
Ponemos todos los líquidos en un bol y mezclamos bien.
Añadimos los sólidos e integramos en la mezcla.
Preparamos el horno, precalentando a 170ºC, engrasamos un molde rectangular y cubrimos la base con papel de hornear.
Vertemos en el molde y horneamos unos 50-60 minutos, dependiendo del horno. Aproximadamente unos 40 minutos a 170ºC y hasta terminar de hornear a 150ºC.
Cuando esté bien cocido, sacad del horno y dejad enfriar antes de desmoldar. Este tipo de bizcocho-pan de maíz se desmorona con facilidad.
Una vez frío, se conserva bien cerrado casi una semana y quizás mas, pero nosotros nos lo terminamos antes. Espero que os guste y ya estamos preparando las maletas para el próximo destino. Hasta la próxima.
Nunca he hecho un un Cornbread, pero ahora me apetece probar cuanto antes y lo haré, seguro.
ResponderEliminarBesitos
Me gusta tu pan dulce-salado, con unas buenas lonchitas de queso hacen un desayuno perfecto y nutritivo. Un besito
ResponderEliminarQue delicioso pan-bizcocho, no me hago la idea de su sabor pero desde luego que me apunto la receta para probarlo.
ResponderEliminarAbrazos y feliz verano.
Un pan digno de mesa de reyes y porqué no de las nuestras. Creo que va a ser uno de los próximos que haga. Gracias por estar por aquí, un besote y nos vemos en la próxima edición.
ResponderEliminarPues tiene buena pinta este pan-bizcocho y si lleva maíz es más autóctono que otras recetas.
ResponderEliminarBss
Elena
El cornbread me gusta un montón pero nunca lo he preparado en casa. Me apunto tu receta para probarlo pronto, que seguro sale riquísimo :D
ResponderEliminarUn abrazo
Me encantan este tipo de bizcochos, la polenta nunca la he usado para hacerlos y suelo tener porque mis cuñadas me suelen traer de Italia, allí la usan mucho, así que ya tengo en que usarla para gastar lo que aún me queda en casa.
ResponderEliminarA ver que tal sale, lo mismo descubro que me encanta el toque de polenta.
Besos
Nieves
Muy interesante toda la información de los alimentos utilizados por los indios nativos y siendo un país con tanta influencia cultural de todos los lugares, la mezcla de comidas y sus orígenes definitivamente el origen de muchos de sus platos más conocidos es europeo. También concuerdo con los excesos y la preocupación que gira en torno a una de las epidemias que día a día invaden la cultura y que de apoco se va apoderando del mundo por causa del consumismo desmedido, por los bajos precios de productos fastfood vs. comida para hacer. Tantas causas sociales, económicas y culturales que ocasionan que la obesidad y las consecuencias de salud que esta trae a cuestas nos hace pensar y meditar un poco. Pero ya me puse a hablar de más. Solo te puedo decir que me encanta tu propuesta de cornbread, un bizcocho delicioso sin duda.
ResponderEliminarUn beso Mar y como lo dices
"Todo con moderación y en su justa medida"
y nos vemos con más delicias.
No lo he hecho nunca pero por la pinta que tiene me voy a tener que animar!
ResponderEliminarBesitos guapa
Anda nunca he comido nada así, tiene una pinta estupenda, desde luego tendré que probar esta versión a ver que tal está, por tus fotos parece de lo más deliciosa. Un besito,
ResponderEliminarEl baúl de las delicias
Sí, el problema de la obesidad allí es estratosférico, y por desgracia es algo que estamos importando.
ResponderEliminarMuy buena tu aportación al reto.
¡Saludos!