Para celebrar el día de la madre he decidido reinterpretar el postre de Jordi Bordas, falsa mandarina. La idea me la dio el programa 4 de MasterChef, donde los concursantes debían realizar este postre, que es muy complicado. Yo lo que he hecho es reinterpretarlo a mi manera. He eliminado el interior de chocolate y lo he transformado en tarta, con el resultado que veis arriba. Con estas modificaciones, he simplificado la ejecución y la he aligerado al eliminar la mouse de gianduia. Además, en lugar de un bizcocho de con harina de frutos secos, he usado un bizcocho ligero aromatizado con naranja.
Ahora vamos con las diferentes elaboraciones que lleva esta tarta. A pesar de parecer laboriosa y difícil, os aseguro, que es sencilla de hacer. Solo es cuestión de organización.
Ingredientes (bizcocho):
2 huevos
50 g harina
50 g azúcar
ralladura de naranja
Elaboración:
Estas cantidades son para un molde de 18 cm y obtendremos dos discos de bizcocho que serán la base y una de las capas de nuestra tarta.
Separamos claras y yemas y ponemos mitad de azúcar en cada una de ellas.
Montamos las claras a punto de nieve bien firmes. Montamos las yemas y juntamos con ayuda de una espátula con movimientos envolventes para evitar que se bajen las claras.
Añadimos la harina tamizada y mezclamos bien pero con mucho cuidado.
Preparamos un molde y cubrimos la base con papel vegetal.
Ponemos la batida de bizcocho y damos golpes suaves para alisar la superficie.
Horneamos en horno precalentado a 200ºC durante 8-10 minutos.
Sacamos de horno y cuando esté templado, desmoldamos y reservamos.
Ingredientes (gelatina de mandarina):
1 l zumo de mandarina
20 g gelatina neutra
Elaboración:
Para esta gelatina he utilizado zumo de mandarina natural que compré en Lidl, pero también se puede encontrar en Mercadona.
Ponemos la gelatina en agua fría para hidratarla y preparamos el zumo.
Calentamos la mitad del zumo hasta casi romper a hervir y una vez fuera del fuego, le vamos añadiendo el resto de zumo. De esta forma, conseguiremos una temperatura de unos 50ºC, con la que disolveremos bien las hojas de gelatina.
Añadimos de una en una y bien escurridas las hojas de gelatina y las disolvemos bien.
Preparamos un molde de 18 cm o menos y cubrimos la base con papel film.
Añadimos 750 g de la preparación anterior y guardamos en la nevera hasta que se gelatinice.
Con los 250 g restantes, los guardamos para glasear la superficie de la tarta.
Ingredientes (mouse de mandarina):
500 ml nata
100 g azúcar
250 g yogur blanco
250 g zumo de mandarina
10 g gelatina neutra
Elaboración:
Hidratamos la gelatina en agua fría.
Ponemos los yogures en un bol y homogeneizamos.
Calentamos el zumo hasta que humee y apartamos del fuego.
Mezclamos con el yogur y homogeneizamos bien. Añadimos la gelatina bien escurrida y disolvemos. Reservamos esta mezcla.
Ponemos la nata a montar y cuando esté casi montada, añadimos el azúcar. Batimos un poco mas, pero no montamos del todo.
Mezclamos ambas preparaciones de poco en poco, añadiendo la nata sobre la mezcla de zumo y yogur. Seria conveniente hacerlo en tres veces.
Una vez bien mezclada, nos disponemos a montar la tarta.
Montaje de la tarta:
Cubrimos la base de un molde desmontable de 18 cm con papel de aluminio y fijamos con el aro.
Ponemos un disco de bizcocho y ajustamos bien.
Recortamos la gelatina de mandarina como a unos 15 cm de diámetro y ponemos centrada sobre la base de la tarta.
Encima de esta, colocamos el segundo disco de bizcocho también con un diámetro de 15 cm.
Ahora añadimos la mouse de mandarina con ayuda de un cucharón con mucho cuidado, evitando dejar huecos. El molde que he utilizado es de 10 cm de alto, y he llenado casi hasta arriba, ya que mi idea es una tarta alta.
Hay que rellenar con mouse hasta casi la superficie y dejar como 4-5 mm para poder glasear la tarta.
Guardamos en la nevera o en el congelador.
Al día siguiente, calentamos el resto de gelatina de mandarina en el microondas, lo suficiente para que podamos manejarla.
Añadimos la gelatina, que con el frío de la tarta se cuajará enseguida. Si no está muy firme el glaseado, lo ponéis de nuevo en la nevera hasta el momento de servir.
Con ayuda de un cuchillo de punta redonda, quitáis el aro y pasáis a un plato bonito y a disfrutarla.
Es una tarta fresquita para estos calores que están haciendo y además vistosa, con lo cual es muy adecuada para celebrar el día de la madre. Yo la he adornado con mandarinas confitadas para que quede mas bonita, pero solo es un adorno, tal cual también se quedaría bien.
Como aun no hemos comido, no la he cortado, pero en la entrada de la semana que viene, os pondré una foto del corte.
Feliz día de la madre y hasta la próxima.
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