Hoy os traigo una receta de cookies que hice la semana pasada para llevarle a Edu. Son unas galletas muy sanas ya que están elaboradas con copos de avena y aceite, y además con el plus de los arándanos, un fruto rojo con muchos antioxidantes.
Algunas amigas me han comentado que les pareció muy útil el consejo sobre la temperatura del horno a la hora de elaborar un buen bizcocho que aparece en el post de la semana pasada. Me alegro que os haya sido de utilidad. Todas las recetas que cuelgo han sido probadas y en muchas ocasiones, rectificadas desde su lugar de procedencia. Yo suelo seguir varios blogs de cocina y repostería, y casi siempre hago algunas variaciones. Lo que mas suelo rectificar, para adaptar a mis herramientas, es la temperatura del horno y las cantidades de azúcar. Y suelo acertar, aunque también he tenido fallos estrepitosos. Pero eso no es un problema, ya que de los errores también se aprende.
Y ahora vamos con la elaboración.
Ingredientes:
125 g azúcar moreno
50 g azúcar glas
50 g mantequilla (opcional, podéis aumentar en 25 g la cantidad de aceite y elimináis la mantequilla)
100 g aceite
150 g harina
100 g copos de avena
vainilla
5 g levadura Royal
100 g arándanos secos
Elaboración:
Ponemos la mantequilla y el aceite junto al azúcar moreno en la amasadora con el accesorio de pala y mezclamos bien.
Añadimos el azúcar glas tamizada y el huevo, y continuamos batiendo.
Añadimos la harina, los copos de avena, la levadura y la vainilla y mezclamos hasta obtener una masa un poco pegajosa. Estas galletas se ponen con ayuda de dos cucharas.
Añadimos los arándanos y mezclamos bien.
Ponemos la masa en la nevera unas dos horas para que coja un poco de cuerpo y poner manipularla mejor. Si no tenéis tiempo, la podéis hornear inmediatamente, pero es preferible enfriarla un poco.
Preparamos una bandeja de horno con papel vegetal y precalentamos el horno a 170ºC.
Con ayuda de una cuchara ponemos montoncitos y redondeamos sobre la bandeja. Separarlos un poco, ya que se extienden al hornear y se os pueden juntar unas con otras.
Horneamos unos 15 minutos hasta que estén doradas por los bordes.
Sacar del horno y templadas pasar a una bandeja para terminar de enfriar. Quedan muy crujientes y ricas. Y podéis hacer variaciones de la receta cambiando el fruto. Podéis usar cerezas, mango, piña, cualquier fruto desecado que no sea muy dulce, ya que si es escarchado, hay que jugar con las cantidades de azúcar en la masa, no sea que nos de un subidón.
Espero que os animéis a hacerlas. Otra opción es añadir unos cuantos arándanos sobre las galletas antes de hornear para que nos encontremos mas tropezones.
Hasta la próxima, que creo caerá un brownie de chocolate blanco, ya que una mama quiere ir a Palencia este finde (aquí es fiesta de la comunidad) y le he prometido a Edu uno de chocolate negro y otro de blanco para probar. Besos.
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