viernes, 8 de agosto de 2014

Helado de coco


Hoy os traigo un nuevo helado. Esta vez de coco. Es tan fácil como el anterior. Solo hay que tener una precaución. Las cantidades que utilicé vinieron un poco grandes para mi heladera. Así que, al empezar a introducir aire, el helado cogió un volumen que asustaba. Pero vamos, adaptando las cantidades, no hay problema. A mi me gusta mucho el coco, así que en vez de hacer una infusión con el coco y colarlo, decidí dejarlo en el helado. A pesar de tener solo un 20%, está muy rico y con mucho sabor a coco. A mi me recuerda al coco que venden en las ferias, dulce pero no empalagoso.

Para este helado ya he utilizado el azúcar invertido, que es una especie de almíbar espeso que se utiliza para evitar la cristalización del agua del helado. Ahora os voy a dar la receta para que lo hagáis. Una vez frío, se conserva en lugar fresco y al resguardo de la luz el tiempo que deseéis. Yo os aconsejo hacer poca cantidad y según lo uséis, hacer mas. Además, si al terminar el verano os ha quedado, os diré una forma de utilizarlo, para que no lo dejéis de un año para otro.

Azúcar invertido:

350 g azúcar
100 ml agua
1 sobre gaseosilla El tigre (el verde y blanco)








Poner en un cazo el agua con el azúcar y el sobre  blanco (el que lleva un polvo granulado que suele ser  ácido tartárico o cítrico). Llevar a ebullición y reservar hasta que esté templado.


Una vez templado, añadimos el otro sobre (el del polvo fino que es bicarbonato sódico) y disolvemos bien. Saldrá un poco de espuma y dejamos enfriar hasta que se nos quede un líquido de color amarillento transparente.


Una vez bien frío, guardar en un bote de cristal.

Y ahora vamos con el helado. Como en la otra entrada de helado de miel, también podríamos elaborarlo sin necesidad de heladera.

Ingredientes:

500 ml nata
250 ml leche
200 ml azúcar invertido
200 g coco rallado








Elaboración:

Mezclamos todos los ingredientes y ponemos en un cazo a calentar hasta que casi rompa a hervir.


Pasamos a un recipiente y cuando este frío, lo pasamos a la nevera entre 24-48 horas.


Una vez pasado ese tiempo, se llama tiempo de maduración y es necesario para reforzar los sabores del helado, lo pasamos a la heladera y lo tenemos unos 20 minutos en funcionamiento (o el tiempo que marque vuestra sorbetera).




Una vez este terminado, pasamos a un recipiente y metemos en el congelador.


Una vez lo tengamos un par de horas en el congelador, está listo para consumir. Pero con precaución, ya que Mar tiene una app del móvil que calcula las calorías por racion, y es mejor no saber lo que engorda. Pero si os ponéis poquito, podeis añadirle un poco de chocolate caliente y almendras picadas y a comer. Que como dice el anuncio, LA VIDA NO ESTA HECHA PARA CONTAR CALORÍAS.





Que os aproveche y hasta la próxima.

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