Por fin volvemos a la realidad después de las fiestas, y nuestro primer reto con Cocinas del Mundo nos lleva de viaje a la cercana Italia. Y volvemos a las galletas, que son unos de mis dulces favoritos ya que no tenemos que comerlas de inmediato, sino que podemos guardarlas varios días. De todas formas, en lugares con mucha humedad, son difíciles de conservar, ya que son muy higroscópicas y se reblandecen con facilidad. Aun así, os recomiendo que las hagáis, ya que son muy sencillas de elaborar y están muy ricas. Yo las he elaborado estas vacaciones utilizando dos técnicas de cocción diferentes. Por un lado, hice la mitad en el horno de forma convencional, es decir a una determinada temperatura y controlando el tiempo, y la otra mitad como se hacen las galletas de medianoche, aprovechando el calor residual del horno. Ambas formas de elaboración han dado similar resultado, están muy ricas.
Ahora vamos con la elaboración de estas galletas llamadas también "Brutti ma bouni" que significa algo así como feas pero buenas. Esta receta es originaria de Gavirate, una pequeña ciudad de la provincia de Vares, al norte de Milán. Supuestamente, la receta fue creada hacia 1875 por un anciano pastelero de la ciiudad, y llegaron a ser tan populares en todo el país, que incluso personajes de la talla de Verdi o la Reina Elena, se trasladaban hasta la pequeña ciudad, con objeto de comprar tan delicioso manjar, que estaba elaborado con almendras o avellanas.
En esta ocasión , las he elaborado con avellanas, pero si queréis hacerlas con almendras, solo tenéis que sustituir unas por otras.
En esta ocasión , las he elaborado con avellanas, pero si queréis hacerlas con almendras, solo tenéis que sustituir unas por otras.
Ingredientes:
3 claras de huevo (100 g)
200 g azúcar
200 g avellanas tostadas
Vainilla
Vainilla
Elaboración:
En primer lugar precalentamos el horno a 160ºC, si lo vamos a hacer de forma convencional y preparamos una bandeja cubierta de papel vegetal y reservamos.
Trituramos las avellanas en una picadora y reservamos. Como se ve en la foto, no están picadas muy finas, es mejor que queden trozos de diferente tamaño.
Montamos las claras a punto de nieve y añadimos el azúcar y la esencia de vainilla.
Mezclamos las avellanas sobre las claras con cuidado para que no se nos bajen.
Disponemos montoncitos con ayuda de una cuchara que no estén muy juntos para que no se nos peguen al hornearse.
Ponemos la bandeja en el horno unos 15-20 minutos, hasta que estén un poco tomadas de color. Cuando las saquemos del horno, las debemos dejar reposar en la bandeja unos 10 minutos para que se atemperen, ya que estarán blanditas y quizás se nos rompan. Y, una vez frías, las podemos degustar con un té o un café calentito, que esta haciendo mucho frío.
Y ahora, una vez que hemos vuelto se Italia, ya estamos dispuestos a emprender viaje de nuevo. Hasta la próxima.
Mezclamos las avellanas sobre las claras con cuidado para que no se nos bajen.
Disponemos montoncitos con ayuda de una cuchara que no estén muy juntos para que no se nos peguen al hornearse.
Ponemos la bandeja en el horno unos 15-20 minutos, hasta que estén un poco tomadas de color. Cuando las saquemos del horno, las debemos dejar reposar en la bandeja unos 10 minutos para que se atemperen, ya que estarán blanditas y quizás se nos rompan. Y, una vez frías, las podemos degustar con un té o un café calentito, que esta haciendo mucho frío.
Y ahora, una vez que hemos vuelto se Italia, ya estamos dispuestos a emprender viaje de nuevo. Hasta la próxima.
Deben ser como una nube en la boca verdad?
ResponderEliminarMuy curioso lo de hornear con el calor residual ¿se hacen bien de verdad?
Besos
Nieves
Si se que se hacen bien, pero el horno debe haber estado encendido a 250ºC, y despues dejarlas toda la noche. Y estan de vicio. Bss
Eliminar¡Pues qué bueno debe de quedar con el saborcillo a avellana!
ResponderEliminarUmmmm! Qué deliciaaa! Con lo que me gusta la avellana. Mándame una, anda, Mar! :) Me encantan! Me guardo la receta y nos vemos en Túnez! Besos!
ResponderEliminarEn plan tableta tambien está delicioso. Un final de comida de lujo pero, así, yo estaría yendo al plato continuamente. Bss. Nos vemos el mes que viene por Túnez que pases buena semana
ResponderEliminarMmmmmm con lo poco que me gusta el merengue....saben mucho a eso? Seguro que el toque de avellana las hace más gustosas! Un besito
ResponderEliminarNo saben a merengue, tienen mucho gusto a avellana. Terecomiendo que las hagas y me cuentas. Veras como te gustan. Bss
Eliminar¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Qué gusto me daría pecar y pecar y seguir pecando con estas Mandorlati di San Clemente.
ResponderEliminarBesos
Estos italianos son bien listos !!!! jejeje, las mías con almendra y las tuyas con avellana, deliciosas las dos.
ResponderEliminarBesitos y hasta Túnez.
Que ricas,me gustan las galletas de avellanas uhmmmmm.besinos
ResponderEliminarUnos bocados riquísimos para el café,la merienda, darse un capricho... Me han encantado.
ResponderEliminarBss
Elean
Tienen toda la pinta de fundirse en la boca al primer contacto. Aquí queda demostrado que lo feo, aunque a mi no me lo parecen, tiene siempre un lado bueno.
ResponderEliminarBss