Esta semana os traigo una tarta de frutas que viene muy bien para esta primavera adelantada que tenemos. Hemos celebrado que Mar cumplía 23 años, y como este año no quería ninguna tarta muy espectacular, se me ocurrió que una de frutas seria muy apropiada, ya que a ella le encantan los frutos rojos y las fresas, y además, la hice con truco, ya que estas tartas con base de pasta quebrada con crema me daban mucha rabia, ya que la crema humedece la base y cuando pasa un rato, la base ya no está crujiente. Sin embargo, buscando en internet encontré la forma de evitarlo, y la verdad sea dicha, la base ha permanecido crujiente hasta que se nos ha acabado la tarta. Así que vamos con los ingredientes y con la elaboración, que es una tarta muy fácil, muy rica y muy vistosa.
Ingredientes:
masa quebrada:
250 g harina
125 g mantequilla
1 huevo
40 g azúcar
2 cucharadas de leche
crema pastelera:
300 ml leche
200 ml nata
60 g maicena
2 huevos
75 g azúcar
Frutas variadas ( fresas, moras, kiwi, frambuesas, arándanos)
Elaboración:
En primer lugar vamos a preparar la masa quebrada, que si os parece mucho trabajo, podéis comprarla ya lista para hornear. A mi particularmente me gusta mucho la de Lidl, que tiene un sabor bastante bueno y no es muy dulce.
Ponemos la harina en un bol, y hacemos un agujero en medio, y ponemos el huevo batido, la mantequilla en pomada y en trozos y el azúcar. Amasamos con las manos hasta que veamos que se nos va formando una masa como arenosa, entonces añadimos la leche y continuamos amasando hasta que tengamos una masa que se nos despegue de las manos y podamos manejarla bien. La envolvemos en papel film y la ponemos en la nevera unos 30-50 minutos.
Una vez pasado ese tiempo, la sacamos y la estiramos en redondo del tamaño del molde a utilizar, y recubrimos este con la masa estirada, recortando los filos. Si usáis masa comprada, en este punto es cuando empezáis a seguir la receta.
Pinchamos la base y horneamos a 180ºC en blanco, o lo que es lo mismo, sin relleno. Ponemos algo de peso encima para que no suba la tarta. Y las paredes del molde no las engrasamos, que sino os pasa como a mi, que se caen un poco los filos. La tenemos en el horno unos 20 minutos o hasta que se nos dore.
En mi caso los filos no quedaron muy bonitos, pero como luego iba a rellenarla, no es mucho problema. Y ahora reservamos la base y nos vamos a preparar la crema pastelera.
Ponemos 200 de leche y los 200 de nata en un cazo y lo llevamos a casi ebullición. Y apartamos. Mientras tenemos la mezcla de leche y nata en el fuego, ponemos en un bol la maicena y la diluimos con los 100 restantes de leche fría. Incorporamos el azúcar y los huevos y mezclamos bien.
A esta mezcla le añadimos la leche caliente sin dejar de mover y cuando esté bien mezclada, la llevamos al fuego medio-bajo de nuevo, y seguimos moviendo hasta que espese. Pasamos a un bol, tapamos con film transparente y reservamos.
Si la base está fría, ponemos un poco de chocolate a fundir en el microondas y pintamos la base con el chocolate para impermeabilizarla.
Cubrimos con la crema que debe estar templada o casi fría y disponemos las frutas, bien lavadas y bien secas de forma simétrica.
En Lidl venden unos sobres de cobertura de tarta para dar brillo, podéis comprarlos y utilizarlos o podéis hacer un almíbar ligero (100 ml agua con 50 g azúcar), disolverle una hoja de gelatina y utilizar como brillo.
Podéis hacerla con la fruta que mas os guste, fresas, kiwis, sharonis, naranjas, lo que os apetezca y que sea de temporada y con poca agua (no puede ser sandía ni frutas por el estilo).
Espero que os haya gustado una tarta tan primaveral y colorida como esta y que os animéis a hacerla, que con la masa quebrada comprada, es realmente sencilla de elaborar. Hasta la próxima.
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