Ya se que estamos aun con la resaca de Nochevieja, que los dulces típicos empiezan a salirnos por la orejas y que con los restos de Navidad y Año Nuevo podríamos comer casi el mes de enero, pero que se le va a hacer. Llega la fiesta de Reyes y no valen polvorones, ni roscos ni turrones, lo que se lleva ahora es el Roscón. Y para que tengáis tiempo para hacerlo, os traigo mi receta. Quizás haya otras recetas que también estén muy ricas, pero la que yo utilizo es una mezcla entre brioche y bollo de naranja que sale muy rica y no es muy difícil de elaborar.
Lo mas complicado es la elaboración de la esponja, pero siguiendo los pasos, no tiene porque tener mayor dificultad. Yo suelo poner la esponja en el agua mientras comienzo el amasado del resto de los ingredientes. De esta manera, se aprovecha el tiempo y ninguna de las dos masas está parada mucho tiempo.
Las cantidades son para un roscón medianito, como el de la foto (unos 28 cm de diámetro tras el horneado), si lo queréis mas grande solo tenéis que aumentar las cantidades de la receta de modo proporcional.
Para la esponja:
Ingredientes:
35 ml leche
2 g levadura seca
4 g azúcar
65 g harina
Elaboración:
Antes de empezar, ponemos una olla grande con agua al fuego y justo cuando va a empezar a hervir, se apaga y se tapa.
Ponemos los ingredientes juntos y amasamos hasta que se nos quede una pequeña bola de masa. Si estuviera pegajosa, le añadís un poco de harina, pero con cuidado, porque no debe quedar muy dura.
Ahora, cogemos esta bola y la ponemos en la olla de agua caliente. Debe estar templada, o sea, que al meter los dedos notemos la temperatura, pero que no nos queme.
La dejamos en el agua hasta que flote. Yo la muevo un poco ya que a veces se pega al fondo. Justo cuando empieza a flotar, es cuando está lista para usar y la sacamos del agua.
Para la masa principal:
Ingredientes:
30 ml leche
35 g mantequilla
1 huevo
4 g levadura seca
15 g agua azahar
225 g harina
60 g azúcar
ralladura de naranja
Elaboración:
Ponemos todos los ingredientes a temperatura ambiente (esto es muy importante) en el bol de la batidora y comenzamos a amasar. Mientras estaremos esperando que la esponja suba en la olla.
Hacia la mitad del amasado, añadimos la esponja y continuamos amasando hasta que tengamos una masa lisa y homogénea, que se despegue de las manos y no sea muy dura.
La pasamos a un cuenco engrasado con aceite, tapamos con papel film y dejamos que doble en en lugar cálido. Yo suelo ponerla en el comedor ya que le da el solecito, pero hoy estaba el día nublado, así que ha tocado esperar el doble de tiempo.
Una vez doble su tamaño, la desgasificamos un poco y formamos el roscón sobre la bandeja donde se horneará. Procuraremos que el agujero nos quede centrado y si quereis poner una sorpresa, ahora es el momento. Yo le he puesto un elefante de malaquita envuento en papel de aluminio.
Para mantener el agujero central (yo hasta ahora lo perdia en la fermentación), vi en internet que le ponian un aro metalico de montaje engrasado y parece haber dado resultado.
Entonces se deja que doble otra vez de tamaño. Esta vez he tenido que volver a usar la lámpara de infrarrojos, ya que hoy hacia mucho frío.
Una vez doblado, se le retira el aro y se pinta con huevo batido. Esto hay que hacerlo con mucho cuidado para que no se baje. Entonces llega el momento del adorno con frutas escarchadas y azúcar húmedo (azúcar y unas gotas de agua).
Horneamos a 180ºC (si empieza a dorarse en exceso, bajáis el horno a 160ºC) unos 20 minutos.
Lo sacáis y esperáis hasta que se enfríe un poco para pasarlo a una bandeja hasta que esté frío del todo.
Se puede tomar tal cual,pero si os gusta, podéis abrirlo por la mitad y rellenarlo de nata, trufa, crema pastelera; en fin, como os guste.
Yo lo prefiero solo, pero sobre gustos...
Animaros, que no es difícil y el resultado es muy bueno. Nada que envidiar con los de las confiterías.
Hasta la próxima.
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