lunes, 12 de marzo de 2018

Bizcocho de limón con semillas de amapola


Esta semana os traigo un bizcocho de limón y semillas de amapola cubierto por una glasa de limón que hará las delicias de todos aquellos que seáis fans de este cítrico. Es un bizcocho clasico, aunque la receta en la que me he inspirado es un cake, que lleva entre sus ingredientes mantequilla, que yo he sustituido por aceite de girasol, para hacerlo un poco mas sano y menos pesado. Ya sabéis que si queréis sustituir la mantequilla por aceite en una receta de bizcocho o magdalenas, la proporción de grasa va en un 75% aproximadamente, lo que significa que si en la receta original utilizamos 100 g de mantequilla, la cantidad de aceite será de 75 g mas o menos. Además, os recomiendo un aceite de poco sabor, tipo girasol, maíz o aceite de oliva muy suave, aunque el virgen extra sea muy bueno, es mejor dejarlo para las ensaladas, ya que aporta un sabor muy fuerte a los dulces. Sin embargo, en las recetas de galletas, esta proporción varía un poco mas, hay que jugar mas con la proporción de sólidos y tener en cuenta que la textura de las galletas variará de la original, pero prometo un post con una receta de galletas reinterpretada.

Ingredientes:

180 g aceite de girasol
200 g azúcar
4 huevos
2 limones (su zumo y su ralladura)
350 g harina
15 g impulsor
120 g leche
2 cucharadas de semillas de amapola

Elaboración:

En la batidora ponemos los huevos y el azúcar y lo batimos hasta que doble su tamaño.
Incorporamos la leche, el aceite y el zumo de los 2 limones (reservamos 1 cucharada de zumo para hacer la glasa de adorno). Mezclar bien y añadir la harina, el impulsor, la ralladura de limón y las semillas. Batimos hasta que esté todo bien integrado.


Preparamos un molde rectangular que engrasamos de forma conveniente y precalentamos el horno a 170ºC.
Pasamos la batida de bizcocho al molde y ponemos en el horno.


Horneamos a 170ºC hasta que empiece a dorarse y entonces bajamos la temperatura a 160ºC y dejamos en el horno hasta que esté cocido del todo. Para comprobarlo, podemos pinchar con un palillo y este debe salir limpio.


Dejamos templar antes de desmoldar y cuando desmoldemos ponemos en una rejilla y dejamos enfriar antes de glasear.
Para preparar la glasa vamos a usar la cucharada de zumo reservada y vamos añadiendo azúcar glas hasta que nos quede una especie de papilla muy espesa. La ponemos en una bolsa de plástico, cortamos un pico del extremo y ponemos por encima del bizcocho que debe estar completamente frío.





Como veis en la foto del corte, las semillas de quedan distribuidas por el bizcocho de forma homogénea y queda muy bonito. Realmente no le aporta sabor, sino textura. Espero que os haya gustado y os animéis a hacerlo, es muy sencillo y está muy rico, con mucho sabor a cítrico. Hasta la próxima.

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