domingo, 4 de enero de 2015

Roscón de Reyes de Martín



Feliz Año 2015. Como es tradición, en la primera entrada del año comenzamos con los roscones. Un poco pronto, empecé el día 2, pero tengo que hacer varios y mi horno es lo que es. Además he contado con el mejor de los ayudantes, mi sobrino Martín que ha estado en casa para ayudarme con uno de ellos y además ha hecho un bizcocho de limón para su casa. 


Aquí lo podéis ver en plena acción. Ha sido un ayudante excepcional, así que para próximos encargos, me lo pido de ayudante.
Este año he variado un poco la receta del roscón. En lugar de hacerlo con una esponja como el roscón del año pasado. Creo que este es mas sencillo de elaborar, pero el resultado final es muy similar. Ambos está muy ricos, así que dejo a vuestra elección el que hagáis.
Y ahora vamos con la elaboración. Tenemos que empezar el día antes elaborando el prefermento.

Ingredientes para el prefermento:

60 g harina
50 ml leche templada
2 g levadura seca (6 g levadura fresca)






Elaboración:

Mezclamos los ingredientes en un bol y con las varillas de bate bren. Se queda como una papilla espesa. Si está muy espesa, se puede añadir un poco mas de leche. Tapamos con un papel film y reservamos en un lugar fresco, pero no en la nevera. Ahora en invierno podemos dejarlo fuera del frío.



A la mañana siguiente el prefermento estará con burbujas en la superficie y con un olor ligeramente ácido. No os asustéis, esto es debido a la fermentación.

  
Y ya está listo para usarlo en la elaboración del roscón.

Ingredientes:

Prefermento
400 g harina
100 ml leche
20 g agua de azahar
1 huevo
60 g azúcar
7 g levadura seca (20 g levadura fresca)
Ralladura naranja
50 g mantequilla



Elaboración:


Ponemos el gancho a la amasadora.


Echamos todos los ingredientes excepto la mantequilla y mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea. Si queda un poco dura nos os preocupeis ya que al añadir la mantequilla se suavizará.


Añadimos la mantequilla y continuamos amasando hasta que esté integrada por completo. Sacamos la masa de la amasadora y trabajamos un poco en la mesa enharinada. No añadáis harina en exceso para evitar que la masa se quede dura.



Hacemos una bola y ponemos en un bol aceitado. Tapamos con un papel film y dejamos fermentar al calorcito hasta que doble su tamaño.


Una vez que haya doblado, volvemos amasar con cuidado y hacemos un agujero en el centro para formar el roscón. Yo suelo hacerle un agujero central y abrirlo con ayuda de las manos. Hay quien prefiere estirarlo y unir los extremos. Yo prefiero lo del agujero central, pero es cuestión de gustos. Ponemos un aro de emplatar aceitado en el centro para que no perdamos el agujero del roscón.


Lo dejamos fermentar hasta doblar otra vez al calorcito.


Como veis, se nota cuando está fermentado porque se queda la superficie como turgente.
En este punto encendemos el horno a 200ºC mientras adornamos nuestro roscón.
Pintamos con huevo batido, con cuidado de no presionar la superficie. 
Añadimos la fruta confitada, calabaza, naranja y guindas, dispuesta de forma simétrica.


Añadimos almendra en cubitos alrededor.



Y ahora ponemos azúcar por encima que hemos humedecido previamente (unos 3 cucharadas de azúcar y 1 cucharadita de agua).




Y ahora al horno. Lo tendremos unos 15 minutos a 200ºC y otros tantos a 180ºC. Siempre dependiendo del horno. Si veis que se tuesta demasiado, bajáis la temperatura del horno antes de los 15 minutos. Hay que ir observándolo para que ni se nos queme ni se nos quede crudo.




Y ahora a disfrutarlo. La elaboración no es muy difícil y se nota un montón la diferencia con los que se compran Quizás en confiterías tradicionales si que estén parecidos, pero ya os digo que como los caseros ninguno.
Hasta la próxima y felices Reyes. Que os traigan todo lo que deseis. 

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